✨ Introducción
Jesús no solo enseñó a multitudes y sanó a los enfermos; también puso a los niños en el centro del Reino de Dios. En un mundo donde los pequeños solían ser ignorados, Jesús los abrazó, los bendijo y dijo algo que sigue marcando nuestros corazones hasta hoy:
“Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el Reino de Dios.” – Marcos 10:14 (RVR1960)
Pero ¿por qué los amaba tanto? ¿Qué nos enseña esto a quienes servimos en el ministerio infantil?
🧡 1. Porque los niños tienen un corazón dispuesto
Jesús valoraba la pureza, humildad y sinceridad de los niños. No tenían prejuicios ni orgullo, y aceptaban el mensaje con fe genuina.
👉 Lección para el maestro:
No subestimes la capacidad espiritual de un niño. Ellos pueden creer, orar, compartir y enseñar más de lo que imaginas.
👶 2. Porque los niños son parte del Reino ahora
Jesús no dijo “de ellos será el Reino”, sino “de ellos es”. Esto significa que los niños por su inocencia y pureza ya son parte del Reino de Dios y así lo expresó Jesús, por lo tanto ellos necesitan ser instruidos en la palabra de Dios para que mientras crecen no se aparten del camino sino que más bien mantengan ese corazón sensible y mas bien afianzen su vida en Cristo.
“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” – Proverbios 22:6
👉 Lección para el maestro:
Trata cada clase como un momento de discipulado real. Tu enseñanza no es solo entretenimiento, ¡es formación espiritual!
🙏 3. Porque Jesús veía su valor eterno
Donde otros veían “molestia” o “distracción”, Jesús veía potencial, propósito y fúturos siervos.
👉 Lección para el maestro:
Aunque estén inquietos o distraídos, cada niño es valioso. ¡Ama, corrige y enseña con paciencia!
📖 4. Porque los niños creen en el evangelio sin prejuicios
Jesús dijo:
“El que no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él.” – Lucas 18:17
Los niños son modelos de fe. Jesús los usó como ejemplo de cómo debemos acercarnos a Dios: con confianza, sencillez y alegría.
Muchas veces los adultos ponemos muchas excusas para aceptar el evangelio, mientras que a los niños no les importa si alguien los mira o los juzga, simplemente escuchan el evangelio y lo reciben con una fe genuina.
👉 Lección para el maestro:
A veces los niños te recordarán cómo es confiar plenamente en Dios. Aprendamos de ellos también.
👼 5. Porque los niños perdonan con facilidad
Jesús valoraba la pureza de los corazones infantiles. Los niños no guardan resentimiento, no actúan con malicia ni tienen corazones duros. Su capacidad de perdonar rápido refleja el carácter de Dios.
“Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.” – Mateo 18:21-22
👉 Lección para el maestro:
No des por hecho el valor espiritual de su inocencia. Enséñales a conservar un corazón limpio, y tú mismo aprende a perdonar como ellos lo hacen: rápido y sin condiciones.
😄 6. Porque los niños reflejan el gozo del Señor
Los niños ríen con facilidad, disfrutan de lo simple y se maravillan con lo cotidiano. Su alegría no depende de cosas grandes, sino que el gozo es su estado natural. Esa virtud es un reflejo del fruto del Gozo que proviene del Espíritu de Dios.
“En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios.” – Isaías 61:10
👉 Lección para el maestro:
Permite que la alegría tenga espacio en tus clases y no te obsesiones con el control. Celebra cada aprendizaje, canta con ellos, juega con ellos… no limites su capacidad de sentirse alegres y contentos para que cuando crezcan sepan ver la vida cristiana con gozo.
👂 7. Porque los niños están siempre dispuestos a aprender
Los niños tienen una mente y un corazón abiertos. Preguntan, escuchan, imitan y absorben todo lo que les rodea. Por eso la Biblia nos recuerda que la enseñanza desde la niñez deja una huella permanente:
“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” – Proverbios 22:6
👉 Lección para el maestro:
Aprovecha esa etapa de apertura para sembrar la Palabra con claridad y amor. Enseña con paciencia y creatividad, porque lo que hoy siembras puede ser el fundamento de una fe firme mañana.
🙏 8. Porque los niños nos enseñan humildad
Jesús puso a un niño en medio de los discípulos y dijo que quien se humilla como ese niño, es el mayor en el Reino. Los niños no buscan competir ni aparentar. Simplemente viven con humildad natural.
En una ocasión, los discípulos de Jesús se disgustaron al competir por un lugar especial junto a Él, como cuando Santiago y Juan pidieron sentarse a su derecha e izquierda, lo que indignó a los demás. En contraste, los niños no buscan posiciones; simplemente sirven con humildad.
“El que se humilla como este niño, ese es el mayor en el reino de los cielos.” – Mateo 18:4
👉 Lección para el maestro:
Modela y cultiva humildad. No busques ser el más sabio, sino el más accesible. Aprende también de ellos, que te enseñan a ser auténtico y sencillo.
💛 9. Porque los niños aman sin condiciones
El amor de un niño es puro y espontáneo. No está basado en lo que haces o en lo que tienes, sino simplemente en el vínculo. Así es también el amor de Dios.
Un ejemplo claro de ese amor se ve cuando, a pesar de que un padre se enoje con su hijo, el niño es capaz de abrazarlo al poco tiempo y olvidar por completo el enojo.
👉 Lección para el maestro:
Recibe y devuelve ese amor con ternura. Enséñales que el amor de Jesús no cambia cuando fallamos, y que ellos pueden amar a otros con ese mismo corazón abierto.
🎁 10. Porque los niños saben compartir
Los niños no solo comparten cosas materiales: también comparten su tiempo, sus emociones y su atención. Si uno llora, otro se acerca a consolarlo. Si uno ríe, todos ríen con él. Su forma de compartir es sincera, empática y espontánea. No piensan en lo que van a recibir a cambio, simplemente entregan lo que tienen —incluso un abrazo o una sonrisa— con todo el corazón.
👉 Lección para el maestro:
Fomenta esos momentos donde los niños comparten sus emociones, sus historias, sus ideas. Permite que se escuchen entre ellos. Allí, más allá del juego, nace la comunidad y se forma el carácter cristiano.
📝 Aplicación práctica para tu ministerio
- Haz que cada clase tenga un momento de conexión espiritual, no solo actividades.
- Usa lenguaje claro, ilustraciones, preguntas abiertas y muchas imágenes.
- Celebra cada pequeño avance: una oración, una frase recordada, una pregunta profunda.
- Recuerda: sembrar en un niño es sembrar en generaciones.
🙌 Conclusión
Jesús amó, valoró y bendijo a los niños. Si Él lo hizo, nuestro llamado es seguir su ejemplo con pasión y ternura.
No importa si tienes muchos recursos o pocos alumnos; si estás sembrando en sus corazones, estás tocando el corazón del Reino.